Hoy a pesar del dolor y el ahogo he podido limpiar más o menos a fondo mis cuatro paredes, podría quedar mejor, por supuesto pero tampoco soy de los que mancho demasiado, me gusta el orden y la limpieza. No puedo hacerlo todos los días pero cuando tengo algo de fuerzas las empleo y gasto en tener todo curioso y aseado, desinfectado sobre todo con lo que estos tiempos nos ha traído y porque mi salud depende mucho de que nada me ataque más de lo que mi propio cuerpo lo hace.
Hoy me han alegrado el canto de los pájaros en mi ventana, está todo florido y huele al rocío en la tierra, ahora después de limpiar y sin ya energía me sentare a escucharlos.