Tu deseo de verme unido
entre tu mente y la mía
es un espejismo,
ni me creo que te vea
ni que tu veas lo que quiero
y de ese modo caminamos,
las ganas que pones
y las que deberías son tan inocentes
como sentir que realmente me quieres,
de pensar que abrirse
el uno al otro sin batirse en duelo
es mas reconfortante que herirse,
desear el deseo que no cumplirás
a lo largo de todos los años en blanco
es una mera utopía de tus sentimientos.