La diosa de ébano
se reencuentra con su sueño,
se acaricia el vientre
leyendo sus escrituras.
No quiere titulares
que analicen su alma,
el cariño que nos tiene a todos
es de una amante soldado.
Sus tiempos
son sus extremos y anécdotas,
nos estudia con fervor
mientras se muda las pieles.
No nos devora
no tiene alternativas,
su mayor pasión en la vida
es tener picardía.