Recogí tus conchas en Uruguay
querías en silencio regalármelas,
pero tus pestañas aleteaban mi alma
porque no me diste esperanzas.
Volando hacia Montevideo
perdí la vida por tus palabras,
la escala que me llevaría a tus gracias
clavadas en la cruz de la mentira.
Y entre aeropuertos y latidos
la duda de tus pensamientos,
caricias que con ponzoña besabas
al abrazo con el que me traicionabas.
De sol a solo perdido
no te dejas ni te llevas el amor,
devolviste mis maletas rotas
me arrancaste toda ilusión.