Se dicen muchas cosas
y hay que comérselas todas,
porque cada una de ellas
lastima mi mente despierta.
Momentos y celos compulsivos
de distancias efímeras en el tiempo,
las promesas de la vida
nunca se cumplen en ella.
Sentado en la parada eterna
esperando que llegue ese tren,
no hay casualidades en mis manos
ni ganas de proyectos en las tuyas.