El eco de tu memoria me habla
entre raíces gruesas de castaño,
entre el silbido de las cañas
a orillas del rio Miño.
Sembrando en mis recuerdos
las sendas conquistadas juntos,
de pies llenos de kilómetros
de las anécdotas compartidas.
Eras dueña y señora
de todo aquello que creamos,
sembrar las olas atlánticas
dispersarnos por las Rías Baixas.
Y en tu sol naciente de bandera
sentías el orgullo celta en ti,
acariciabas con gusto el Norte
adoptado patrias donde fueras…