Cada fin de semana
es como un todo a cien del amor,
rebajas de sentimientos
al mejor postor.
Que fácil es vender
un sentimiento de cariño,
cuando a la hora de la verdad
todo es una gran mentira.
Y sufre el de siempre
el que dice la verdad,
que tiene que despojarse
de su propia realidad.
Empieza la semana
la más cruel para los sueños,
donde ya sabias
que no te habían vuelto a comprar.
Y entre días deseas
quedarte en el limbo,
porque no perteneces a ninguna parte
nadie te quiere en ningún lugar.