¿Te he dicho hoy
lo mucho que te quiero?,
¿y lo mucho que te amo?
Pregunté.
La de los ojos verdes
más allá de caer presa del hechizo
dejó recoger un suspiro agradecido
en un fuerte abrazo.
Más en todo lo sentido y acaecido
por dos preguntas sencillas
llego a su corazón la complejidad
de responderlas.
Y ante el aura que la envuelve
y las miradas cruzadas
la bella dama del Atlántico Norte
me dijo un “si”.