Tengo las cadenas
marcadas en lo profundo
de mi carne desgarrada
por tus rechazos.
Pero lo que más me duele
es que me faltan tus besos
esos que ahora como cuchillas
cortan mi corazón.
Y no te guardo rencor
ni te puedo odiar por ello
te quiero tanto o más
que el daño que me haces.
Por eso moriré en tus brazos
entero o en mil pedazos
aunque sólo sea para tu disfrute
de verme por fin muerto.