No te rompas las medias, las cosas aún se pueden reciclar, para un café, para un té. No te vi perdida cuando el rocío me dejaba helada la mano del acelerador, te vi risueña con las estrellas, parpadeantes tus pupilas, apretando los muslos en el asiento, pegándote a mi en cada frenazo.
Camino de un faro olvidado, el lastre del hormigón nos deja obsoletos, somos como pequeñas conchas de mar arrastradas dentro de la playa, sin motivo, esperando un nuevo momento de inspiración, de tus besos.
Te pregunto que deseas, buscas el calor de mis costillas para hacerme cosquillas.
Los deseos son fragmentos.