Hoy me besaste
como años atrás en el Lérez
apretando mi mano con fuerza
recobrando la vieja esencia.
Aquellas viejas aventuras
llevándonos a lugares a explorar
las horas invertidas en el camino
nuestros momentos haciendo el amor.
Hoy me besaste igual
que la ternura de la primera vez
de tu sonrisa dibujada en tu rostro
a orillas del Atlántico.
Y es capricho del destino
que de todas las vueltas dadas
de todos los momentos vividos
nos vuelva a unir nuevamente.