No tiene paciencia
en la espera del evento
de recuperar la mente libre
de su maldito tormento.
Y él que no es príncipe
quizás un poco borrego
está pensando en la paciencia
que no ha podido ver.
Y aunque le encanta
lo que ofrece la otra parte
no soporta el egoísmo
de un código no aceptado.
Ahora que no se desvive
más que por el agua de sus lágrimas
le pide que espere y espere
sin que se tenga que ir.