He perdido una estrella en mi firmamento, anoche estaba atento a ver si salía su brillo pero no lo encontré, le pregunté a sus compañeras celestiales y ninguna me supo contestar. La he perdido y no porque no la quisiera, no porque no la amase, ni la dejase de querer. La he perdido y no sé porque dejándome en mí las lágrimas de la desesperanza, la morriña de sus besos y de sus caricias cuando la luna nos iluminaba y nos acogía en su jerarquía de la noche. He perdido el infinito pues para mi eres todo, mi aire, mi riachuelo, mi comida, mi locura.