Mi amuleto de la suerte
es una admiradora de mi corazón
que llena de detalles íntimos
cada paso de mi vida.
La quiero como un verso sincero
o una melodía relajante
como si me conociese de siempre
de renacer conmigo eternamente.
Y daría tantas cosas de mi alma
en sus cumplidos no requeridos
que los halagos son suspiros sin reproches
sin dolor ni vulneración.
La he mirado a los ojos tantas veces
que sin ella sería ciego por necesidad
pues amar y ser amado es el principio
de la verdadera realidad.