Me duele cuando me rechazas, porque mis suspiros son por tu alma. Me duele tanto que no sé cómo vivir cada día sin tu poesía. Y es que tus labios son sonetos que nacen de tu corazón y salen de tu boca en versos rimados que para mí son un encanto. Me duele cuando sabiendo que me amas me haces sufrir porque sé que si yo sufro tú también. Me duele de tal modo que perdamos el tiempo con una tontería que cuando nos falte esos segundos de besos y caricias nos acordaremos de las riñas, por eso yo te digo, te quiero y te amo.