Nadie es de piedra a la hora de recordar sus sentimientos ante su pasado, y aunque a veces nos queramos hacer los duros con expresiones que raramente utilizamos, aunque se hagan a la defensiva, todos somos más bien como el agua, transparentes.
A lo largo de la vida vemos historias de amor que nos conmueven o nos recuerdan las nuestras mismas, historias tan hermosas que nos hacen perder lagrimas de felicidad o de pena, algunas que se asemejan tanto a situaciones que hemos vivido que rozan nuestro corazón como una espina abriendo nuestros recuerdos más ocultos y que pensábamos teníamos tan guardados en el interior que hasta temíamos despertar.
Por eso pienso en la más absoluta soledad tantas cosas inconfesables para mi alma que solo de pensarlo me pondría horas enteras a escribir.
A veces dicen que no es bueno escribir tal como te lo relata la cabeza y poner lo que ella te diga pero pienso que es lo mejor para desahogarse y si escribiésemos toda nuestras vida a veces paso por paso nos encontraríamos con algo más que una vida, sería una realidad.
Quiero pensar que alguien leerá esto algún día y que pensara que una persona como yo suspendida en el romanticismo de la vieja escuela, será un eslabón perdido, por escribir, por hacer poemas y por pensar en mis recuerdos. Mientras tanto yo seguiré escribiendo, lentamente como el pasar del tiempo, aunque demasiado rápido para mí.
A lo largo de la vida vemos historias de amor que nos conmueven o nos recuerdan las nuestras mismas, historias tan hermosas que nos hacen perder lagrimas de felicidad o de pena, algunas que se asemejan tanto a situaciones que hemos vivido que rozan nuestro corazón como una espina abriendo nuestros recuerdos más ocultos y que pensábamos teníamos tan guardados en el interior que hasta temíamos despertar.
Por eso pienso en la más absoluta soledad tantas cosas inconfesables para mi alma que solo de pensarlo me pondría horas enteras a escribir.
A veces dicen que no es bueno escribir tal como te lo relata la cabeza y poner lo que ella te diga pero pienso que es lo mejor para desahogarse y si escribiésemos toda nuestras vida a veces paso por paso nos encontraríamos con algo más que una vida, sería una realidad.
Quiero pensar que alguien leerá esto algún día y que pensara que una persona como yo suspendida en el romanticismo de la vieja escuela, será un eslabón perdido, por escribir, por hacer poemas y por pensar en mis recuerdos. Mientras tanto yo seguiré escribiendo, lentamente como el pasar del tiempo, aunque demasiado rápido para mí.