Entras en mi zona de combate
donde no hay momento de tregua
ni derecho al romance
ni tampoco a respirar en paz.
Donde todo está contaminado
una radiación que mata todo lo amado
que no existen los besos
ni las promesas de llevarnos lejos.
La música no existe
sólo el ruido de los latidos de los corazones
que sin armadura se queman
ante la presión de la eterna oscuridad.
Quieres luchar en mi guerra
esa que te llena de droga la razón
quieres ser una mística inmortal
en el sendero de las trincheras.