El aura latente
de mi converso corazón
hacia tus pupilas
es el mayor de mis regalos.
Como en una zona de guerra
donde todo es desorden
la única flor que sobrevive
son tus manos sobre las mías.
Allí donde repican las campanas
para el abrigo del ser humano
veo como en todo tu ser iluminado
a nada le temes en todo me proteges.
En las noches de viento
donde los demonios me llevan
nada de lo que pase me hiere
si con ellos me llevo uno de tus besos.