Anti virilmente

Te dejas llevar

por la gripe más espesa

la ronquera más agradable

tus manos en mi entrepierna.

Te lanzas como un lanzallamas

como viajero en el tiempo

como saco de carbón devaluado

como un enorme camello.

Te comes a todas las victimas

de los pantalones rotos

de las gotas de lejía sobre negro

de una serie mamporrera.

Te alegras de mis disgustos

de todas las situaciones vividas

de un bocata de queso con membrillo

del apocalipsis.

Locura de amor

Amar de amores

de amores de amantes

del amor amado

amado por los amantes.

Guadaña y la muerte

inseparable pareja

como dos amantes eternos

en el espacio y el tiempo.

Lagrimas saladas

como océanos y mares 

parejas que se unen

a las conciencias pares.

Guardiana y llave

de un candado doble

del cierre de amores prohibidos

pero solo para un par de amantes.

Mal tiempo y mala cara

La lluvia me roba el pan

ese que intento plantar en mi huerto

el frío lo quema todo

encoge mi vida y mi estomago.

Cuando dependes de la naturaleza

para sentir como sigue la vida

todos los elementos del invierno

te quitan años de encima.

Y los achaques en mi cueva

sin lujos ni nadie que caliente mi sistema

es una enseñanza digna y pura

de sobrevivir a dos velas.

Y es una lección de humildad

que acepto con todo lo que arrastra

si una queja le pongo a el mal tiempo

es que empeore mi enfermedad.

Mensaje lanzado

Las nubes dan paso al descanso, la flor de la piel marchita agranda el deseo de hacer el amor, de consumar el paso de la soledad a la pareja. Como comer sabrosos escorpiones el sexo no lo es todo en un sentimiento de acompañamiento, el ver la cal de la pared cambiada por las pupilas de una dama son merito suficientes para sonreír.

Las gafas graduadas por las décadas se asemejan a el papel cebolla, una lamina que deja paso a una imaginación de enseñar esa cosa que para algunos les rompe el brazo y en otros momentos son como el dragón que tiene un poder infinito. Juguetes del destino.

Pero volviendo a la soledad en el camino que domina el mundo ¿cuánto poder tiene el tacto de otra persona?. Yo sé que daría todo lo que me falta por ese arte tan antiguo de las palabras compartidas, de observar como en el día a día el compromiso y el corazón entregado agradece cada segundo que pasa al lado de un ser caliente y no inanimado.

Que duro puede ser el que uno sea sirviente de la soledad inquebrantable, que una compañera no aparezca como el vuelo de un ave y se pose aceptando al sapo, al viejo fiel que se alimenta de sus recuerdos como en un baile de mascaras porque entre sus paredes ya no deja entrar al viento.