Luzi

Luzi se mostraba absorta en su libro, lo había comprado en un mercadillo por menos que nada pero se había fijado en su portada y le llamo muchísimo la atención, en ella aparecía una calavera con esbozos de ser femenina y un titulo sugerente: “ Cuando se murió mi sexo”. No podía imaginar que por menos de lo que cuesta un café iba a disfrutar tanto de un libro que aunque no fue acuñado como autobiográfico muchas de sus partes le suponían cercanas, incluso calcadas.

Cuanto más se metía en el papel de la protagonista del libro Luzi empezó a sufrir una metamorfosis en su manera de pensar, en sus actos en sociedad, en como se imponía cuan sargento de hierro a sus subordinados en el trabajo, se mostraba eyaculante cuando salia a montar a caballo, su mente y sus músculos se volvían amazona, guerrera, una súper mujer siglo XXI y empezó a darse cuenta de que por las mañanas ya no era la misma, incluso al espejo se empezaba a ver distinta.

No podía dejar de leer el libro, que se le hacia interminable, pensaba que era corto por eso se decidió a leerlo con ganas pero cuanto más profundizaba en el más se alargaba, era como una historia interminable que sin ella darse cuenta la estaba consumiendo, le estaba robando su ser para implantar al ente femenino que había maldecido al libro, que quería salir a la luz fuera de las páginas y hacerse carne, Luzi estaba metida en una espiral mortal.

Pasaron las semanas y Luzi no era más que una esclava del maldito libro, la dominaba, la utilizaba y le obligaba a hacer cosas que jamás creería que las haría por si misma, era como un recipiente para un parásito que la estaba llevando más allá de su consciencia de su alma.

A pesar de sus intentos vanos de luchar, ya a sabiendas de lo que le sucedía Luzi combatió como pudo con las pocas fuerzas que le quedaban, veneno, cortes, intentos de tirarse de un edificio, ponerse delante de un tren, pero el ente ya era superior y deshacía todo aquello que ella intentaba terminar, con su vida, con lo que quedaba de ella, los últimos estertores de un maldito libro.

Una mañana suena el despertador, se levanta de la cama, va al cuarto de baño se mira después de lavarse la cara y se dice “Buenos días Elena un nuevo día vamos allá”…