Eres mi cielo.

Tu desnudez me sugiere la miel que del panal de tus poros me endulza en esta vida, y veo a mi alrededor y todo es un campo lleno de flores de colores donde tu belleza es el riachuelo de la pasión de tu tierra, del mundo. Y puedo ver cuan pequeño soy ante lo maravillosa que es la caricia de tu mirada en mi al amanecer y como tus labios recorren las montañas nevadas de mi corazón. Suenas a violín antiguo cuyo paso del tiempo enriquece sus notas, como una vieja melodía pegadiza que hace que cada movimiento de ti sea un baile para mis sentidos, por eso, soy el gorrión que aletea jugando con tus cabellos y te susurra la sensibilidad de las olas del mar. Y entiendo que el universo se te quede pequeño, que tu sensualidad se funda con las estrellas y haga de mis pensamientos un océano de locuras.